Uno de los principales retos que enfrentan las compañías de retail es la velocidad de respuesta a los cambios.
Las empresas nativas digitales son ágiles y flexibles, lo que les permite adaptarse rápidamente a las necesidades de los clientes, siendo efectivas en el uso de las tecnologías para potenciar sus modelos de negocio. Por el contrario, las más tradicionales suelen tener procesos más rígidos y burocráticos, años de incorporar tecnología que muchas veces genera entropía, lo que dificulta y hace más lenta cualquier reacción e implementación de cambios significativos en su modelo de negocio.
Empresas tradicionales v/s nativas digitales
Para que las empresas tradicionales logren competir correctamente con las nativas digitales, es necesario acelerar la reformulación de los modelos de negocios en base a las tecnologías que ya poseen o con otras nuevas. Esto requiere una estrategia digital clara y concreta, respaldada por indicadores clave de rendimiento, medibles, liderada y validada por todos. Además, es fundamental alinear las expectativas y manejar adecuadamente el cambio en toda la organización, mostrando resultados rápidos que validen el camino que se está tomando. Solo de esta manera las empresas tradicionales podrán adaptarse y prosperar en la era digital.
Para que las compañías tradicionales no fracasen en su intento de competir con los actores digitales, es fundamental que se anticipen a los cambios en la industria.
No pueden simplemente esperar a que se desate una tormenta y buscar la tecnología correcta, sino que deben ser proactivos, planificar y definir objetivos concretos de negocio, evaluar la factibilidad técnica y como están las bases tecnológicas de la compañía, donde se juega gran parte de la velocidad con que avanzarán, entendiendo qué sistemas voy a reutilizar o buscando soluciones tecnológicas que realmente apalanquen los objetivos de negocio.
Errores comunes
Otro error es creer que por utilizar la tecnología de moda se logrará dar el salto necesario para competir con los más digitales. Sin embargo, la verdad es que si no se sabe para qué se necesita dicha tecnología y no se cuentan con bases tecnológicas robustas y datos centralizados y fidedignos, simplemente se convertirá en una pérdida millonaria de tiempo, dinero, y completamente alejados de lograr los objetivos planteados.
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